Purificación necesaria

Hoy, al caer el primer aguacero de la temporada de la Ciudad de México, a mi mente vino una sensación de alivio: en un significado muy profundo, la lluvia es un simbolo de un nuevo comienzo, de purificación, de limpieza de todo aquello que, por azares del destino, ha sucedido ultimamente.

Influenza, temblor, pánico, discriminación, difamación...son los titulares de los periodicos de mayor circulación; ¿es acaso que este primer aguacero, que duró toda la tarde y parte de la noche, ha sido para purificar y renovar los ánimos de una ciudad que no muere, que no se da por vencida, que se mueve bajo una inercia inexplicable? Hay una probabilidad...

Al escuchar la lluvia caer tras la ventana, me invade un sentimiento de alivio, llegué cansado de la oficina, con mi mente revolucionada por el ajetreo del día; camino a casa, la lluvia me tomó por sorpresa, pude haber tomado un taxi; fué por casualidad que no habia ninguno disponible (y claro, lógica). Caminar bajo la lluvia, sentir el aire fresco en tu cara, poder reaccionar ante lo que sucedia fué un gran regalo del ser supremo.

Hoy, despues de lo vivido, puedo poner las cosas en su lugar como corresponde; destino, casualidad, ironia...ponle el nombre que desees, pero hoy todo se acomoda en su lugar. Así como la lluvia refresca a la ciudad despues de unos días de calor, que renueva los ánimos de los que vivimos en ella; la lluvia desborda mí ánimo y aclara mi pensamiento...Hoy, todo es distinto...